domingo, 21 de diciembre de 2014

Mi vida desde los Trastornos Alimenticios

Bueno, aquí estoy de nuevo. No se me da escribir publicamente mis sentimientos cuando tengo con quien conversarlos y una libreta a mano, sin embargo, me he quedado sola. Nadie que me conozca me entiende porque nunca han pasado por esto y espero que nunca lo hagan.
He aquí la verdad del asunto: Tengo un trastorno alimenticio. No le pondré etiqueta porque realmente no sé con certeza si mis síntomas califican a algún problema serio, pero estoy realmente aterrada de lo que hago, de mis pensamientos.
Mi experiencia:
Tengo quince años y, a mi edad, supongo que es normal preocuparse por la apariencia física de uno, es normal querer ser delgada, más si eres bailarina y sabes que la que se destaca es la más fina y delicada. Todo empezó hace cuatro meses, cuando me noté más "rellenita" por el uso de anticonceptivos por razones médicas (desórdenes hormonales), mé estaba desarrollando y, sabiendo que aumentaba mi peso, decidí ignorarlo para no hacerme daño. Fue entonces cuando un comentario de una familiar me hirió más de lo que debió, hizo notar lo que para mí era un defecto. No es que en el pasado haya sido muy normal, había días en que sin pensarlo me dirigía al baño y decidía devolver todo: dos dedos en tu garganta, más flaca; el problema es cuando ese acto se transforma en hábito.
No les diré que me dan atracones, porque eso sería mentir fatalmente, me da tanta culpa comer que ni siquiera vomitar lo remedia. Lo que me ha estado pasando es que cada vez como menos, para complacer al altar con números al que recurro cada día para ver si lo he hecho bien. Tal vez la gente desinformada creerá que ante el espejo me veo en tamaño ballena o algo así, que en mi cabeza se escucha "Fat. Fat. Fat." y mil cosas más. La realidad del asunto es que me veo normal en el reflejo pero nunca es suficiente y cada vez que cumplo mi meta en la pesa, siempre quiero bajar más y más, los ecos en mi cabeza no me llaman gorda todo el tiempo; me dicen que no coma para ser mejor -algo incomprendible para la gente sin estos problemas, su vida no gira respecto a la comida-.
Mis amigos al enterarse demostraron apoyo pero, de a poco, fueron alejándose de mí por cansancio, aburridos de escuchar mis quejas sobre todo. El tiempo en que estuvieron a mi lado, observaban que comiera y me acompañaban al baño para que no vomitara, aunque me enojara, no puedo hacer otra cosa más que agradecerles infinito.
¿Cómo supe que tenía un problema real?
Cuando vomitas al menos una vez al día, todos los días, a voluntad, no es muy difícil suponer que es algo que no está bien, a pesar de eso,
*recuerdo que fui a un control con un médico y recuerdo que cuando me dijo que me pesaría, exploté en   llanto y me negué hasta que mi mamá me regañó.
*Reviso las calorías que contengan todos los alimentos que consumo.
*Cuando puedo no comer, no como.
*Me peso después de cada vez que como.
*Otras cosas que hago, pero realmente no quiero compartir para que esto no parezca un "Manual de...", no quisiera que alguien sufriera lo que yo.
Espero que no tomen esto como un texto para presumir mi trastorno, eso es algo horrible que cada vez es más moda; sólo quiero compartir mi vivencia.
Sé que no ha sido mucho el tiempo en el que he estado teniendo estas acciones inadecuadas, pero es de siempre que mis pensamientos han jugado en mi contra.
NO ES NECESARIO UN DIAGNÓSTICO, VOMITAR, NO COMER NI EJERCICIO EXCESIVO PARA TENER UN PROBLEMA.
UN TRASTORNO ES ALGO SERIO, SI NO LO SUFRES, NO INTENTES CONTRAERLO.